miércoles, 14 de septiembre de 2011

INSTANTES

La puerta de un hotel
número 7
tocan unos nudillos tímidos.
Abro la puerta
una invasión de flores llena mis pupilas.

Silencio,
se adelantan y se quedan
a la altura de mis ojos,
silencio,
se deslizan lo justo y se encuentran
las miradas,
se adivinan más abajo
dos sonrisas aterradas.

No se apartan,
el instante valioso de encontrarse
no quiere extinguirse.
Las manos se buscan
por debajo,
se entrelazan fuerte
ávidas
de tener también su instante.

Las flores caen...
y tu rostro me desvela
lo que ya sabía.
Te amo...
sin conocerte todavía.

Arantza

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