AL FIN LIBERADAS (ellas y yo) 2/06/2011
Ellas estaban ahí, sometidas a una dura tiranía y ocultas a los ojos de los mortales. Su posesión suponía una vergüenza porque la sociedad reniega de ellas, no las soporta. Solo son toleradas en etapas más adelantadas. Estigmatizan a su dueña de una forma difícil de sobrellevar. Cuando asoman por descuido, se las señala con dureza y crueldad a pesar de compartir la misma esclavitud en muchos casos.
Un día, después de dos décadas de soportar los ultrajes y el daño que supone cada 40 días que te aplasten de forma humillante y te mojen con una especie de pasta maloliente y te dejen de recuerdo un olor y un color que no son tuyos, ellas, al fin, vieron la luz, fueron liberadas de manera repentina un 6 de abril de 2011. Aunque fue una decisión tomada y calculada durante cuatro largos meses de echarle valor y con un par (de ovarios). Su dueña y señora dijo “hoy es el día”.
Se dirigió al cubículo infernal donde una criatura armada de artilugios poderosos, con maestría bien estudiada consiguió que ellas ocuparan su lugar, coronaran su gloria de máxima blancura, brillantes, con un toque plateado muy propio. Ellas se hicieron dueñas de la situación, incluso dieron a su poseedora un “je ne sais quoi” que antes no tenía. La operación fue un éxito total salvo alguna excepción tipo pasivo agresiva de “no se chica, no estás mal, pero uf, las canas envejecen mucho”.
Yo sigo siendo la misma, tengo los mismos años que se van a convertir pronto en uno más, pero siento que hay un antes y un después y la liberación de no tener que teñirme más el pelo me hace un poco más feliz, parece una frivolidad pero yo lo siento así.
Ánimo chicas, liberad a vuestras canas, que se vean, solo es pelo blanco maravilloso. A ver si hacemos legión.
Arantzazu Arana Uribesalgo
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